1er lloc: Patricia Casanueva Osuna per Solitud Condicionada
Solitud condicionada
Decía la leyenda que aquella ciudad era mágica y que parecía como si tuviera ojos y memoria para observar a los trotamundos que la frecuentaban, que regalaba ilusiones y esperanzaba a todos los valientes que llegaban hasta ahí, aportándoles bocanadas oxigenadas de sueños y energía para seguir su camino. En plena cordillera del Himalaya, esa ciudad se había convertido en un lugar de cobijo de viajeros y montañistas, de valientes soñadores y pasionales deportistas, de amantes de la naturaleza y curiosos exploradores.
Según los nepalíes hacía más de 100 años que nadie la habitaba, desde que la familia Paudel Bijaya decidió salir en búsqueda de un lugar con más oportunidades, por esto se decía que era la ciudad olvidada del Himalaya. Sin embargo es frecuente que las leyendas y habladurías no se correspondan con la realidad. En el año 1999 salió una expedición desde Katmandú hacia el Everest de la cual nunca más se supo de ella. Uno de sus montañistas se despistó del grupo junto a su perro, lo que hizo que se perdiera por el laberinto natural más grande del mundo. Ese joven, de nombre Stefan, logró llegar fortuitamente y guiado por su esperanza al único y último rincón habitable de toda la cordillera, a la ciudad mágica. Ese lugar fue el que presenció su accidente, el que le costó la movilidad de sus piernas en la casa que hizo suya al llegar, y de la que nunca había podido ni querido salir. Él se sentía rebosante de emociones, hacia suyas historias que se construía mirando aquellos viajeros que estaban de paso, así desde aquella ventana de hierro oxidado creaba el mundo que él quería a su antojo. Como cómplice su perro y como testigo su cuaderno.
Un día a través de aquella ventana vió a una joven que a través de sus manos interpretaba, manipulaba el tacto de lo que tenía cerca, y al contrario que el resto llevaba gafas oscuras, así que dedujo que era invidente. Esa fue la primera vez que sintió, sin complejo ni pudor, la necesidad de hacerse notar y de explicar a alguien la verdad acerca del pueblo olvidado. Ella reaccionó a los gritos de Stefan y casi instintivamente accedió a la casa. Una vez dentro, él le pidió que le sacara y le asomara a la punta de la montaña que había acabando la calle y allí, aprovechando el atardecer y la solitud, le haría testigo de su historia. Para sorpresa de él, ella no era invidente, pero tenía una curiosa manía; manipular las cosas para sentirlas y darles vida en su interior e interpretar así su historia.
Stefan escribió en la última página de aquel intenso, emocionante e inventivo cuaderno:
“me volqué en interpretar, soñar y crear el mundo a mi voluntad durante los años de solitud en la ciudad mágica, lleno de barreras físicas y emocionales que me hacían perpetuarme más en mi soledad. Ahora creo que cualquier persona hubiera sido la correcta para sacarme de allí pero esas mismas barreras me hacían no aceptarme y no presentarme a cualquier persona del mundo tal y como era el nuevo Stefan. Así, el primer mundo en sugestionar e interpretar debe ser el personal y es de ahí que viene el cambio que quieras notar en el resto de personas que están ahí fuera. La primera aceptación es personal”
Stefan. Katmadú, 2004
2do lloc: Maria Izquierdo Burguès per Deixeu-me ser capaç
DEIXEU-ME
SER CAPAÇ
Deixeu-me que comenci amb un silenci.
Silencis que esgarrapen llenços
amb la intenció de ser escoltats.
Silencis que podreixen les entranyes
d'aquell que fa temps volia ser capaç.
Silencis que els capaços sonoritzen
per treballar i anar tirant.
Silencis que no emmudeixen
si no ens deixem arrossegar.
Silencis que relaten històries
que el soroll vol embeinar.
Silencis que denuncien vides
arrebossar a de capacitats.
Prou, s'ha acabat!
No vull ser lligat amb cadenes
i condemnat al silenci discapaç.
No soc muda perquè parlo amb signes,
no sordejo perquè llegeixo amb llibertat.
Deixeu-me que trenqui el silenci
i llegiu-me amb veu alta i contundent.
Capaços, si podeu,
no us feu passar per cecs.
Només us demano que m'ompliu una mancança
i jo també us aniré entenent.
No és més cec qui no té retina,
ans el que no sap perquè s'hi veu.
Us puc suplir també les vostres,
que per si no ho veieu amb ulls com taronges,
la pressa us n'està traient.
Prou, s'ha acabat!
Us ho repetiré
i seré pacient:
No sóc muda perquè comunico històries,
no sordejo perquè les entenc.
El silenci és a la música,
el que el paper, el llenç, la tinta a la
pintura.
Necessari!
La discapacitat és a la persona
el que
la capacitat al presoner,
el que els pulmons al peix espasa.
Ofega!
Deixeu-me treure el "dis" de sobre,
que fa temps que m'és càrrega pesant.
Deixeu-me ser part de la simfonia
i contrarestar al contrabaix.
Deixeu-me ser capaç.
Que jo fa temps que travesso a vela
un mar incapaç de governar.
Deixeu-me que acabi,
amb el fil de veu que em manca,
amb un reclam prou esperat.
Demano només un dret de persones.
Deixeu-me ser capaç, capaços,
d'ensenyar-vos les vostres capacitats.
3er llloc: Cristina Llamas Nevado per El encuentro esperado
El encuentro esperado
Desperté
precipitadamente aquella mañana de sábado. Las ganas y los nervios que sentía
por la llegada de aquel día no me permitieron seguir durmiendo plácidamente.
Qué iba a ocurrir os
preguntareis. Pues bien, había llegado el momento tan esperado. Por fin, iba a
reunirme con mis amigos, a los cuales hacia demasiado tiempo que no veía.
El día iba avanzando
con habitual normalidad pero yo me sentía nerviosa, excitada y atemorizada para
qué negarlo. Lo que ocurría era que por cuestiones habituales de la vida, nos
habíamos ido alejando los unos de los otros. Ni siquiera soy capaz de recordar
la última vez que nos reunimos, lo que sí que puedo asegurar con certeza es que
yo había cambiado. Ese era el motivo que me empujaba hacia la inseguridad,
hacia el miedo.
Mis tan cercanos
amigos y a la vez tan lejanos no sabían nada
sobre mi cambio.
Por fin llegó la
noche, yo estaba lista para reunirme con ellos, pero no podía evitar
preguntarme cual sería la reacción que tendrían en cuanto supieran lo que había
llegado a cambiar desde la última vez.
Me presente antes de
la hora prevista al punto de encuentro, quería estar allí antes que el resto.
Cuando llegue, un camarero me acompaño a la mesa que teníamos reservada. Me
senté, respire hondo para tranquilizarme y el aroma del café recién molido,
embriagaba el ambiente. Me puse a esperarlos, oía el ir y venir de la gente
pero no podía distinguir si se trataba de alguno de ellos. Así que espere a que
llegaran, dijeran mi nombre o simplemente se acercaran a mí. Debieron pasar
unos minutos pero a mí me parecieron horas. De repente, sentí unas manos
apoyándose en mis hombros, me levante y me di la vuelta. Una bonita voz se
dirigió a mí y junto a ella otras voces.
Aunque no podía ver sus rostros de nuevo, comprendí que mi nueva vida
empezaba y empezaba junto a ellos.
Gracies a tots per participar, i esperem que l'any que ve, també hi sigueu presents.